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Voraz: canibalismo en las redes

La obra del peruano Jorge Robinet, cuestiona lo insaciable de la humanidad.

Nancy Méndez | 16-04-2024
elenco de la obra Voraz
Excélsior platicó con los actores y creadores de esta obra que desafía al público de forma macabra y los ayuda a cuestionar el exagerado canibalismo en la vida real y virtual. Foto: Eduardo Jiménez

Un prestigioso chef realiza un casting masivo para seleccionar a una persona a la que cocinar en vivo en un reality show, buscando hacer su última gran obra. La lectura es correcta y es la premisa del montaje Voraz, escrita por el dramaturgo peruano Jorge Robinet, bajo la dirección de Reynolds Robledo en el Foro Lucerna.

Protagonizada por Manuel Balbi, como el chef en cuestión, y Alejandro Oliva, el tal Juan Pérez elegido como “el platillo” del espectáculo, la obra aborda el tema del canibalismo humano como un ejercicio de poder, pero también del canibalismo virtual, en el que los internautas “se comen” al otro a través de las redes sociales y otros formatos y plataformas digitales, en donde cada publicación es el platillo a degustar o repudiar; en donde se puede pasar encima del otro cual estampida, sin el menor remordimiento.

El director Reynolds Robledo, quien también es dramaturgo de obras como Lobos por corderos, destacó que cuando un texto no es de su pluma es interesante sentir hacia dónde se puede ver en él como espectador y creador. Es el caso de Voraz.

Todos tenemos un poco de caníbales y no nos damos cuenta. Hay esas ganas de querernos ver en el otro o querer ser y tener lo que tiene el otro y, al mismo tiempo, nos quedamos a través de sus vidas y nos volvemos como voyeristas: seres que no se hacen responsables de lo que les ocurre a los demás o que no queremos asumir la responsabilidad del otro.

Al final, todos los seres humanos creemos que venimos al mundo para trascender y hacer algo que deje huella. A veces, inmediatamente obtienes el éxito o la fama y el reconocimiento de la gente, pero pareciera que el techo siempre es estar queriendo hacer más. Así que en ese espejo que tienen estos dos personajes de la obra se muestra qué pasa cuando eso que tanto quieren está al alcance de la mano, pero aparte tiene que ser visto por tanta gente, en un momento en el que el reality show se vuelve tan presente.

Antes, sólo unos cuantos vivían en ese mundo, pero ahora pareciera que todo el mundo es un gran reality show, porque nos podemos meter al perfil de alguien y está contándonos su vida. Pareciera que conocemos la vida de todo el mundo sin realmente conocerla en persona o sin querernos involucrar en su vida. En esa sensación de espejo, de la pantalla, la pregunta es ¿qué tanto queremos conocer al otro? Y, al mismo tiempo, ¿qué tanto la máscara que nos muestra la persona es su realidad? Puede ser una gran ficción”, explicó Reynolds Robledo en entrevista con Excélsior.

El director reveló que el público será partícipe de este reality show con una votación, por lo que los harán partícipes, y por tanto responsables, de tales resultados.

Eso es interesante, gozoso y morboso de ver. Como el texto lo propone, nos vamos a ir hasta la cocina de estos personajes y me provoca mucho cómo el público pueda identificarse con el deseo de pertenencia”, dijo.

 

EL CHEF

Manuel Balbi añadió que, aunque el texto precisamente sugiere una votación, ellos tomaron el riesgo para que el público se involucre.

Romper, de alguna manera, esta cuarta pared y realmente pedirle a la gente que lo piense y se responsabilice. Al principio, seguramente, resulta divertido, pero en el transcurso de la obra verán el resultado de lo que votaron y qué tanto afectó al personaje de Juan Pérez esa decisión, porque podría ser cualquiera. El nombre elegido fue a propósito, para que exista un vínculo directo del público con él.

Puede ser divertido y escabroso al mismo tiempo. Es algo magnífico, que sólo puede ocurrir en un espectáculo en vivo, en una obra de teatro, porque, cuando se logra romper esa cuarta pared, ya eres parte de nuestra obra de teatro”, compartió Balbi.

El chef es una celebridad quien, ante la sensación de estancamiento, propone “este platillo” que en el mundo de esta historia no es ilegal, siempre y cuando sea con consentimiento. Y aunque parece haberlo logrado todo en cuanto a reconocimientos, él siempre quiere más.

Nunca está satisfecho y cada vez que tiene un éxito, quiere más. Eso puede hacer que el público se identifique, porque somos insaciables. El ser humano quiere consumir todo muy rápido, pero cuando se lo acabó dice ‘quiero más, qué más voy a ver, qué más voy a comer’, aunque ni siquiera lo disfrutaste y sólo le tomaste una foto para el Instagram. Estamos viviendo una etapa en la historia en la que somos insaciables”, reflexionó Balbi.

 

EL PLATILLO HUMANO

Pero el chef no es el único que quiere trascender, sino también Juan Pérez, recreado por Alejandro Oliva.

Él siente que nunca ha logrado nada relevante en su vida, así que es su último intento de haber logrado algo en su vida. De esas necesidades nace este reality show, tanto de la del chef, por llevar su carrera a otro nivel y de la de Juan, de sentir que, mínimo, lo mató y se lo comió su ídolo, porque Juan también es un chef, que se hace llamar sólo cocinero, porque no se siente exitoso, ni digno del título”, dijo Oliva.

Para el actor, la obra pone sobre el escenario la pregunta de si vale la pena este sacrificio.

 

EL ESPEJO

Ambos actores encontraron similitudes con su profesión, la actuación, siempre expuesta en diferentes plataformas, entre ellas las redes sociales.

Yo llevaba un rato poniendo sobre la balanza qué es lo que verdaderamente pesa en la vida y qué no. Creo que la mayoría de los actores somos así, es nuestra carrera y cosas más materiales e idealizadas. De pronto, al perder mucho de mi vida personal me confrontó al darme cuenta que lo importante ya lo tengo.

Hablando desde Juan, reafirmo desde el corazón que lo importante no es hasta dónde llegaba o qué era capaz de hacer para obtener lo que creí me iba a hacer feliz y qué tanto estaba dando por sentado. Gracias a Juan me revelé a mí, Alejandro, que no es tan importante todo por lo que intentamos alcanzar y que, si no se logra, no pasa nada. Lo verdaderamente trascendente está en otro lugar”, precisó Oliva.

Balbi dijo que no es una persona tan asidua a las redes sociales, pues gusta de su privacidad.

Mi vida no la hago tan pública sólo por comodidad, porque no podemos confundirnos y no podemos perder nuestra línea. Me encanta ser actor y contar historias como ésta, que pueden dejar un pensamiento o reflexión que te hagan preguntarte ¿qué estoy haciendo yo conmigo, realmente voy a trascender en el metaverso, eso es real?

Lo valioso y más poderoso que tenemos es la relación inmediata con las personas. Me aterra pensar que vamos hacia una implosión de la humanidad, que nos vamos a volver en elementos de un metaverso con un avatar y que vamos a creer que sentimos, sin sentir. Voraz lo que dice es ¿hasta dónde te consideras una persona insaciable? O sea, disfruta. ¡Disfruta!”, concluyó Balbi.

 

 

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